¿Qué es el Índice CONEAT?

Los grupos CONEAT no son estrictamente unidades cartográficas básicos de suelos, sino que constituyen áreas homogéneas, a la escala de trabajo utilizada, definidas por su capacidad productiva en términos de lana y carne bovina y ovina en pie (Art. 65 de la ley Nro. 13695 del 24/10/68), esto a efectos impositivos.

 

Esta capacidad se expresa por un índice relativo a la capacidad productiva media del país en condiciones naturales, a la que corresponde el índice 100.

CONEAT menor a 80 Campos ganaderos extensivos, orientados a la cría vacuna y con alto porcentaje de lanares. Eso se debe a que son campos con alta proporción de suelos superficiales, pedregosos (fundamentalmente sobre basalto que ocupa el 25% del territorio nacional) o con suelos arenosos de baja fertilidad natural. CONEAT 80 a 120: Campos ganaderos con mayor proporción de suelos profundos, que permiten manejar probablemente entre un 20 y 40% del área mejorada o en rotación con algunos cultivos. Del punto de vista ganadero permiten definir sistemas de producción de ciclo completo en vacunos o con margen para establecer invernadas en casos puntuales. El área de suelos de mayor profundidad y fertilidad natural podrían permitir la implantación de algunos cultivos. Para considerar este último punto más allá de la aptitud natural de los suelos debe considerarse la disponibilidad de servicios agrícolas que en algunas zonas del país es insuficiente (básicamente en el norte y litoral norte y algunas regiones del centro.) CONEAT 120 a 150: Campos agrícola-ganaderos, con buenas condiciones para establecer sistemas de rotación agrícola-ganaderos, en los que la agricultura puede ocupar (obviamente dependiendo de la situación particular) entre un 30 y 60% del área total. Son campos que pueden tener entre un 15 y 50% de su área asentada sobre suelos de menor profundidad -no arables-, con destino ganadero. CONEAT mayor a 150: Campos agrícolas, con buena profundidad de suelos y fertilidad natural. En caso de utilizarse para ganadería presentan aptitud invernadora (al menos originalmente y en base a la pastura natural la presentaban, obviamente en base al uso del suelo que pudieran haber tenido parte de ese tapiz original puede haberse degradado); de todas formas responden muy bien a la implantación de pasturas.

Desde el punto de vista edafológico, la productividad se considera como la capacidad inicial del suelo para producir un cierto rendimiento por ha y por año y que teóricamente se puede expresar como porcentaje del rendimiento óptimo que se obtiene en el suelo que ofrece las condiciones más favorables, bajo una tecnología definida. En la práctica, diversos emprendimientos productivos han adaptado los suelos a objetivos puntuales, con éxito, los que, no siempre acompañan los mejores índices Coneat, tal es el caso de explotaciones forestales, arroceras, vitivinícolas etc., en muchos casos utilizando suelos de bajo índice CONEAT.

 

Para conocer y/o consultar la nomenclatura de suelos de un predio o establecimiento en particular se debe ingresar www.prenader.gub.uy/coneat